La gestión de la RTVA en tiempos de crisis está poniendo a mucha gente en su sitio, y cuestionando cargos sin sentido. El del señor director general, Pablo Carrasco, sin ir más lejos. En uno de los pocos actos donde se ha dignado reunirse con los representantes de los trabajadores, ha citado a la Permanente del Comité Intercentros. El motivo, la nota del ultimo comité, en el que se pide su reprobación. Entendemos que no le haga gracia ver cómo sus errores de gestión aparecen reflejados en los vergonzosos índices de contratación a dedo, en el desplome de las audiencias en verano, en la escasa calidad de una programación supuestamente justificada como servicio público, en la bajada de la producción propia… Pero que se le pidan responsabilidades, no es ni más ni menos que lo se comprometió a hacer este señor cuando asumió su cargo, de forma democrática. Poco democrático ha sido su talante, cuando se ha apresurado a transmitirles a los representantes legítimos de los trabajadores, su queja por lo que considera una nota informativa que no se corresponde con lo que a su juicio es la realidad de esta empresa.
El señor Carrasco parece vivir en ‘los mundos de yupi’, a tenor de lo que es capaz de justificar: más programas informativos que nunca, algunas partidas presupuestarias que han bajado. Hemos bajado algo de audiencia en verano, pero los andaluces vemos Canal Sur 30 minutos al día. Se ha parado la producción propia, pero sería una irresponsabilidad asumir proyectos nuevos en plena crisis, según él. Se sigue apostando por la televisión de Alta Definición, aunque no sepamos cómo y en qué. La contratación de personal de productoras o autónomos, como por ejemplo este verano, en la categoría de operadores de cámara, vídeo, etc., es un caso puntual para el director general, que tampoco tiene empacho en afirmar que no se ha superado el 10 por ciento en la contratación a dedo. Señor Carrasco, eso se verá en la Inspección de Trabajo, y allí se demostrará (denuncias interpuestas por CGT). Y no culpe a los representantes de los trabajadores de crear una mala imagen de la RTVA, y de no representar el sentir de los trabajadores de la empresa. ¿O acaso está cuestionando la legitimidad democrática de las elecciones sindicales?
Pero lo más grave es que nuestro director general reconoce claramente que no puede hacer nada más de lo que está haciendo. Que no depende de él, sino de la Junta. Bien, señor Carrasco, ha dejado usted sin sentido el puesto que ocupa. El de usted, el del gerente, el de la directora de Recursos Humanos, y de cuantos asesores se le relacionen. Al fin y al cabo, no pueden decidir nada, porque no depende de ustedes. Con mantener al jefe del departamento de Recursos Humanos, para que explique la contratación cada trimeste, es suficiente. Y lo que nos ahorraríamos en sueldos y pluses injustificados. |
