Sabemos qué hace y qué quiere hacer el Partido Popular con las cadenas públicas autonómicas y con todo lo público en general. Lo hemos visto de cerca en los compañeros de Canal Nou. Pero ¿y el PSOE? ¿Cuál es su estrategia?
En Valencia, el PSOE ha llevado a los tribunales el cierre de la cadena autonómica por atentar contra la Constitución y contra el Estatuto valenciano. Sin embargo, en otras comunidades como la nuestra, no deja de castigarnos. No solo vía decretos, desde hace años no autoriza inversiones ni contratos y el presupuesto es por año más exiguo, lo que hace que renqueemos cada vez más.
No sabemos si es pura negligencia, desfachatez o responde a una estrategia, pero la gestión de esta empresa pública, tal y como está, nos aboca al fracaso. Centrar el debate de la salvación de esta cadena en un nuevo recorte para los trabajadores es una cortinita de humo para que nos rajemos entre nosotros mientras el barco se sigue yendo a pique.
Esto lo sabe el PSOE, debe saberlo. ¿Hace algo por evitarlo? ¿Tiene alguna estrategia? De momento, solo sabemos que ya hay una televisión privada, la que Petit ha pagado con el dinero que los socialistas andaluces le han estado regalando durante 25 años, posicionada en la línea de salida. ¿Será 8tv para Andalucía lo que televisión Mediterráneo para Valencia?. De momento ahí está, por si acaso... ¿No fue Durán quién la inauguró?
Centrándonos en la “Salvación” de la cadena, en esa luz que quiere comprar Durán para que nos ilumine el camino. ¿De verdad necesita que alguien le diga lo que falla? ¿Va a pagar por eso o lo que quiere de verdad es pagar para que alguien le ponga en un papel lo que muchos quieren oír? La solución de todos los males para esta puñetera crisis: echar a los trabajadores.
Son tiempos difíciles, y la unidad de los trabajadores debería ser la clave. Pero es prácticamente imposible. Durante muchos años, empresa y sindicatos mayoritarios, los que han ostentado la mayoría en la representación de los trabajadores, han mirado para otro lado, y han conducido esta empresa como un cortijo, no como una empresa pública.
Podríamos enumerar muchos aspectos que ratifiquen lo que decimos. Para no aburrir solo hay que mirar a la falta de transparencia en la contratación durante años; a la falta de transparencia a la hora de entregar pluses; a la falta de un camino claro para poder promocionar a los nuevos puestos de trabajo que se han creado, la mayoría conculcando los principios de igualdad, mérito y capacidad, siempre con la connivencia de los sindicatos mayoritarios, entre otras cosas, por su lastre en los acuerdos de concertación social que les garantizaba subvenciones y beneficios como el programa “Sindicados”, posteriormente “Empleados”. Subvenciones que ahora tienen que, al menos, justificar.
Poco o nada ha creído la dirección de esta casa, el propio Consejo de Administración y el mismísimo Parlamento Andaluz en el servicio público que ofrece esta empresa a los andaluces. Solo hay que ver como se ha gestionado y como se ha instrumentalizado políticamente. La pena es que ya cada vez menos trabajadores creen en ello. Pero si hay una luz que pueda iluminar el camino esa es la del servicio público, la sostenibilidad en la gestión (vamos, no regalar el dinero) y la auténtica pluralidad, o sea contemplar entre nuestros contenidos la crítica al gobierno... también al andaluz. |
