Como si del lince ibérico se  tratara, la categoría profesional de Ayudante de Archivo y Documentación parece  estar predestinada a “extinguirse”. Esto es al menos lo que piensa y mantiene  la jefa de dicho Departamento, Mª Angeles Martín, aunque bien es cierto que el  destino de estos trabajadores no está en sus manos ni será ella, precisamente,  quién disponga si estos puestos de trabajo desaparecerán con el paso del  tiempo. De hecho, en la próxima promoción interna saldrán 4 plazas de Ayudantes  de Archivo y Documentación: 1 para Granada, 1 para Málaga y 2 para Sevilla.  Está claro que al menos, la empresa, no tiene intención de “extinguir” a este  colectivo.
                                              Entonces,  ¿por qué esa predicción tan fatalista por parte de esta señora? ¿Qué le ha  hecho la Ayundantía a esta mujer? ¿Por qué este continuo “moobing” hacia estos  trabajadores?
                                              Quizás  esta especie de Lola Montero nos tiene puesta una vela negra o ve en sus cartas  un negro futuro para este colectivo en el proceso de digitalización que está  viviendo esta TV. Sin embargo, la digitalización, de la que parece que poco o  casi nada sabe; de la que menos aún informa a sus subordinados y de la que olímpicamente  pasa la Dirección Zamorana (perdón, quiero decir, Técnica) en involucrarla,  darle voz y, mucho menos voto, no va a suponer la exterminación de ésta ni de  ninguna otra categoría profesional.
                                              Ante la  llegada de nuevos retos tecnológicos, al menos CGT tiene muy claro que, llegado  el caso, habría que afrontar una redefinición de funciones y un estudio del  puesto de trabajo en cuestión. No se puede ni se debe prescindir de un  colectivo de Técnicos Superiores que llevan muchos años demostrando su profesionalidad,  tapando marrones que no le corresponden y limpiando muchas veces la cara del  Departamento porque quién tiene que hacerlo no sabe y/o no puede.
                       ¡Qué pena que  una licenciada superior, con tantos cursos de formación y algún que otro  master, dé la impresión de ser tan poco operativa y resolutiva!¡Qué frustrante  debe ser no poder delegar en gente del Departamento con preparación y valía  para, al menos, poder esconder los propios defectos y la escasez de ideas! ¡Y  qué poca satisfacción debe suponer permanecer en la empresa más horas de lo  necesario para dedicarse a tareas administrativas y no resolver los verdaderos  problemas que tiene este Departamento.
                                              Pero quizás  esa pena se mitiga, por un lado, con el sueldazo de B01 y  el cobro de la especial responsabilidad de  la que muchas veces parece carecer y, por otro, con esa satisfacción que debe  darle imponer criterios y formas de trabajo sin tener en cuenta las opiniones  de los demás; con ese “jugar” con el futuro laboral de los compañeros  contratados y con esa particular forma de hablar y tratar, a veces tan  despótica y desagradable a pesar de tener tanta educación y tan alta  cualificación, a quienes no considera a su altura profesional, social o  económica.
                                              Para  consuelo de los Ayudantes de Archivo y Documentación, y para tristeza de la  señora Martín, el lince ibérico no sólo es una especie protegida, sino que se  está reproduciendo en cautividad y se está adaptando a los tiempos en los que  vivimos. Él, al igual que estos trabajadores, sobrevivirá a pesar de que haya  quienes piensen que deberíamos desaparecer.
                                              En caso de desaparecer,  quizás debería hacerlo ella. No me refiero a que desaparezca de la empresa,  sino del Departamento. Pienso que cuando un jefe no funciona en un área de  trabajo, hay que cambiarlo de lugar, incluso de empresa si fuera necesario, y  no mantenerlo perennemente. Dada la titulación que posee y la capacidad de  trabajo tan enorme que tiene sólo le llevaría algún tiempo adaptarse. De lo  contrario, más tarde o más temprano se crea un mal ambiente, la productividad  baja mucho porque las condiciones de trabajo no son las idóneas y las  cuestiones más insignificantes se convierten en tema de conflicto.
                                              El cambio, en mi opinión,  se hace aún más urgente cuando estos jefes reúnen características como las  anteriormente descritas, temen afrontar nuevos retos y, para colmo,  circunscriben sus competencias a un estrecho círculo del que, si se salen,  pueden quedar en total evidencia por su desconocimiento, por sus miedos y por  sus propias limitaciones.
                                              Por ello,  quizás, ni la Fonoteca de Canal Sur Radio, ni el Archivo Administrativo, ni  Ambientación Musical de CSTV ni, si me apura, el Archivo de Producción Ajena,  forman parte del Departamento de Archivo y Documentación, como sí ocurre en  otras radiotelevisiones donde archivo no está supeditado a informativos.
                                              En mi  opinión, uno de los peores males que tiene este Departamento (no hay que cargar  todas las tintas contra mi jefa) es su dependencia orgánica a la dirección de  SS.II. Entiendo que éste es un gran error que impide que nuestro Departamento  se expanda, acapare más atribuciones y preste más servicios olvidándose una  función primordial como es la de custodiar un patrimonio audiovisual andaluz  que forma ya parte de la historia de nuestra tierra y que debe estar al  servicio de todos los ciudadanos que, dicho sea de paso, pagan y pagamos por  tener y mantener esta empresa pública.
                      ¡La época  de los cortijos ya se acabó! Y se acabó tanto para los señoritos niños ricos de  papá con dinero como para los progres de izquierda que hasta hace pocos años no  tenían dónde caerse muertos y ahora piensan que por estar en o protegidos por  el poder está justificado hacer lo que otros hicieron en una época pasada. Pues  el Departamento de Archivo y Documentación tampoco es, o al menos no debiera  ser, cortijo de nadie.
                                              Quizás  sería más lógico y razonable que nuestro Departamento dependiesede Secretaría  General e incluso de Dirección General y que tuviésemos un directivo al que  realmente le importase y le interesase nuestro trabajo, nuestra labor... No  quiero decir con ello que al sr. Antonio Ramírez no le interese este  Departamento, pero incluso él estará de acuerdo conmigo en que velar por la  objetividad, la transparencia y la calidad de nuestros informativos, así como  preocuparse y esforzarse para que programas como Salud al Día, Sindicados,  Flamencos, Cine.dos o Tecnópolis no se hagan en productoras, sino en nuestra  casa, precisa de más atención y tiempo para saber qué material de nuestros  depósitos se puede tirar o qué cintas desaparecidas no se van a recuperar  porque están perdidas, o qué funciones podremos y/o tendremos que hacer los  Ayudantes de Archivo y Documentación cuando la digitalización esté puesta en  marcha al 100%.
                                              MORALEJA: para ser jefa,  no basta con decir que se es, hay que demostrarlo.
                      José Manuel Ramírez. (Provisionalmente  Ayte. de Archivo y Documentación CSTV)
                      
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