La enseñanza es un  pilar fundamental de la lucha antiautoritaria. El movimiento anarquista usa la  educación para tratar de construir al individuo librepensador(1), consciente y crítico  que sea capaz de construir la futura sociedad anarquista. Mediante multitud de  recursos tales como ateneos libertarios(2),  publicaciones periódicas, edición y difusión de texto, creación de alternativas  educativas a las establecidas.
                  Por otro lado se  considera que la educación es intrínseca a toda relación humana, por tanto la  frontera entre educado y educador se diluye hasta el punto de que independientemente  de la edad que se tenga toda persona tiene algo que ofrecer y algo que  aprender.
                  También algunos  autores defienden la no escolarización como forma de aprendizaje debido a que  consideran que la escuela perpetua unos roles de poder y por tanto de jerarquías.
                  (1) Librepensador:  individuo que forma sus opiniones sobre la base de la razón independientemente  de la religión, la tradición, la autoridad o de creencias establecidas. 
                  (2) El  ateneo libertario surge de la tradición educativa del movimiento obrero. Su  proliferación, especialmente durante la segunda república española, se vio  favorecida en buena parte por la carencia de infraestructuras educativas  oficiales para la clase trabajadora.
                  Los  ateneos surgen como asociaciones culturales convirtiéndose en una escuela para  miles de personas sin recursos para poder pagar una enseñanza privada.
                  El  ateneo libertario es un foco de expansión de las ideas libertarias, mediante  sus boletines informativos, conferencias y bibliotecas de libre acceso.