"Cucha,  mira que te diga que te vá a quedá hasta muerta......"
                       El día  que yo escuché a una "Mari" decir esto, perdí uno de mis preciados  empastes, y no por la carcajada, sino por la caía que me pegué en pleno mercáo  de abastos... 
                       Pero no  les vengo a deleitar con un descriptivo paseo mañanero entre fruteros y  verduleras, pescaderos y polleras, y diferentes especies en peligro de  extinción, que despiertan los sentidos del más castizo, con tan ingeniosos  pregones. Más bien todo lo contrario, aunque pal caso es casi lo mismo. 
                       Porque  esta frase, fuera de su entorno y su medio natural, cambia totalmente su gracia  y "sentío", por algo mucho más serio y constitutivo.
                       Algo que,  hace muy poco, acabo de descubrir. La solemnidad y el respeto que hay que  atribuirle a dicha frase.
                       Y es que  mi ignorancia no conoce límites, nunca mejor dicho.
                       Así que  debo comenzar pidiendo disculpas a todos, por no darle la Realísima Excelencia  a tan honrosa forma de Conocimiento y medio único para la información entre  compañeros.
                       
Porque yo  pensaba que eso de los rumores era algo gracioso, a la par que burlesco, cuando  mis oídos lograban hacerse con alguno de ellos. Pero debo ahora confesar, que  no. Que es algo que respeto y que a partir de ahora quiero dignificar como uno  más de vosotros buenamente hace. 
                       Ténganme  paciencia y denme tiempo para familiarizarme con este nuevo método de  conocimiento, desconocido para mí, y conocedor de tantos y tantas.
                       Pobre de  mí, no sé cómo he sobrevivido así. Todo este tiempo, creía que para tener la  "certeza" de algo había que preguntarle a todas las partes, a las  personas afectadas por cualquier "comentario de pasillo". Pensaba  que, incluso preguntando, siempre te quedaría la duda sana y razonable de no  juzgar, por no saber o no haber estado en el sitio donde ocurrieron los hechos.  Pensaba que era mejor no sentenciar, y mucho menos a quién no se conoce  realmente, porque ni siquiera te has molestado en dedicarle tiempo.
                       Por eso  quiero pedir perdón, por haber pensado así. Por  pensar, cuando debí asimilar vuestro método cognitivo. Ahora me  siento mejor. Comienzo a creerme las cosas que se dicen sobre mí, y eso me hace  más feliz e integrado en el entorno.
                       A partir  de ahora tenéis a un nuevo compañero que se va a adaptar al medio. Alguien que  va a respetar y glorificar el santo oficio del pasilléo, del rumoréo, como bien  y agradecidamente me habéis enseñado. He visto la Luz, y el Agua, más allá de  la generosa factura de Enero. 
                       Y pensar  que ahí fuera, más allá del torno o máquina del picoteo, exísten personas que  creen en la Ciencia, en sus métodos y en el conocimiento y discernimiento.  Buah, vaya gente. Pobrecillos.
                       Espero  que algún día, como hicimos nosotros, despierten para siempre y descubran la  mayor de las ciencias:
                       LA  RUMOROLOGÍA. 
                       Porque  una mayoría no puede estar equivocada.
                       
Por  cierto, fijáos lo que dicen estos tres. Tenemos que enseñarles para que no  sufran fuera de nuestro conocimiento. Que aunque dicen en los  "Laruses" que ya no están entre nosotros, jejeje, yo creo que sí,  porque tengo una vecina que el otro día vió a uno de ellos comprando en el  Mercadona. Vamos, que está vivito y coleando.
                                                                    "La cantidad de rumores inútiles  que un hombre puede soportar es inversamente proporcional a su  inteligencia."
                      Arthur Schopenhauer.
                      “Cada vez que te encuentres del lado de la  mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar.”
                      Mark Twain.
                      "Una necedad repetida por treinta y seis millones de bocas no  deja de ser necedad."
                      Jacques Anatole France.
                      Juan Luis  Revidiego.
Delegado sindical CGT-RTVA Cádiz.