Por fin  llegó la anunciada separación de las redacciones de radio y televisión. Era  inevitable, la única solución al caos que se había montado en la delegación de  Córdoba. Ya se dio prisa algún compañero de UGT en anunciarlo en el comité  intercentros: ¡la delegación de Córdoba ha dicho adiós a la sinergia!
                       Y llegó febrero y la separación se limita a los cuadrantes de los  horarios. Los compañeros de radio miran sus turnos en un folio y los de  televisión en otro. A grandes males, grandes chapuzas. Un parche más de los que  se acostumbran a poner en una delegación herida de muerte porque, en Córdoba,  las siglas RTVA, todos los días pierden la "R". Se trabaja, como  prioridad, para la televisión. La unidad móvil permanece ausente en las  noticias del día, los compañeros de radio suelen entrar para cadena cuando ya  han llegado a la delegación. Con ello, la actualidad pierde toda la inmediatez  de la que debería presumir la radio y, para colmo, el propio coordinador  (también de radio), desaparece de lunes a viernes tras la reunión de escaleta  hasta mediodía para hacer su pieza diaria de televisión.
                       Pero hay algo más grave, se celebra esta falsa separación de  redacciones como un logro pero los compañeros que han decidido hacerlo efectivo  y ceñirse a su contrato, lo pagan. Lo están pagando cada día porque en Córdoba  no somos capaces de enviar a dos redactores a cubrir una misma noticia así que,  para los temas del día, la consigna está clara: sólo van los que siguen  haciendo radio y tele, incluido el coordinador.
                       Con este panorama, dicen los que mandan que organizar el trabajo de  cada día es como descifrar un crucigrama. Ojalá en la delegación de Córdoba,  alguien sea capaz de descifrarlo y encuentre algún día la "R" que se  han empeñado en tirar a la basura.
                      Anónimo..
                      
                      