Un día llegó Carlos Marx y dijo: "Vamos a asociarnos los trabajadores para pedir mejoras salariales, vacaciones, derecho al paro,..."
Y claro, todo perfecto. ¿Por qué?, se pensarán ustedes. Porque todos estaban de acuerdo, había una CONCIENCIA DE CLASE. Todos vivían situaciones penosas y sin ningún tipo de derechos. Era cuestión de fuerza y tiempo, el que se consiguieran sus objetivos.
Pero ha transcurrido más de un siglo, y aquellos proletarios de entonces, unidos por una meta en común, nos hemos convertidos en diferentes especies obreras.
Unos, aburguesados y malacostumbrados, habituados al consumismo y al buen vivir, que no dudan en negociar con los derechos y libertades anteriormente conseguidos. Es decir, aficionados a vulnerar cualquier estatuto o convenio, si el premio lo merece. Así, que entre afiliados adoctrinados en estas costumbres, y dirigentes que incluso presumen y fomentan su mercancía; nos encontramos una CLASE SINDICAL que no merecen el nombre que llevan.
Aunque peor aún es, si encima llevan un partido político sobre sus siglas. Entonces todo encaja mejor, y la libertad supuesta, se convierte en una libertad para elegir entre Fanta naranja o Fanta limón.
Otros, en cambio, que son los menos, conservan ese espíritu de lucha. Pero en estos tiempos que corren, de favores y colegueos, de consumo alocado y visas por correo; poco pueden competir con quienes prometen seguridad y bienestar entre obreros "burgueseros".
Claro, que como hoy día ya no existe la lucha, sino el negociar cantidades.... El que lucha parece un delincuente o terrorista, contra el sistema del bienestar. Aunque las leyes te respalden, parecerás un destructor de sus costumbres lucrativas. Y eso no se puede permitir.
Ya saben, si te quitan tus derechos, da las gracias de que no te quiten el sueldo. Y si protestas, ya sabes lo que te espera, un nombramiento honorífico y público de persona violenta y agresiva.
Y yo me pregunto, ¿por qué se siguen llamando "de clase"? ¿a qué clase representan, a la obrera o a la burguesa?. Lo que sí podemos observar es que ya no existe eso de conciencia de clase, eso quedó ya para los abuelos.
Pero si algo tengo muy claro, es que no representan más que a sus propios intereses y que podrían dejar de llamarse asociación sindical, para llamarse ASOCIACIÓN LUCRATIVA O RECREATIVA Y CULTURAL.
Así que no podría terminar sin recordar a quiénes se piensan alejados de estas cuestiones, que no lo están. Aquellos que ahora les critican de que no cumplen lo prometido y sus cometidos, mientras mantienen en silencio (como hemorroides), sus carnés de buenos y generosos afiliados de la mentira.
Que no se olviden nunca de que quienes alimentan a las bestias, son tan culpables como ellas mismas.
Lo que ocurre es que gusta mucho arrimarse por si cae algo. Que si cae, po bueno, y si no cae, vaya con los cabrones estos.
A ver cuántos de los que ahora gritan por los pasillos, tienen la honradez de desligarse de los que ya saben sobradamente que son unos aburguesados ilustrados, ¿o es que no les interesa?.
Y es que hay a quiénes les gusta tener a la mujer y a la quería contentas.
El inquilino de la escalera.