
No dejes que la “revolución tecnológica” llamada redacción digital te quite el sueño, pero si es así, lo mejor es contar ovejitas… Hay quién se duerme contando ovejitas… y hay quien en lugar de contar ovejitas, saltando y balando, cuenta redactores pasando por el aro. Un redactor… dos redactores… tres redactores pasando por el aro de la redacción digital… En fin, para aquellos redactores ingenuos que crean que van a salir ganando –no será en dinero- la experiencia dice que ni para atrás. En las televisiones donde se ha implantado la redacción digital, los redactores no han ganado en autonomía, han perdido en calidad. Entre otras cosas porque tienen más tareas en sus funciones diarias: grabarse sus propias locuciones; buscar y organizar sus imágenes, y finalmente montar. Y la supuesta autonomía del proceso, es del todo ficticia, porque el material nuevo tendrá que ser ingestado al sistema para que esté disponible en él.
A todas luces brilla la oscuridad, auspiciada por la falta de información y negociación de la empresa en este proceso, que a la larga favorecerá a la empresa.
En la definición del puesto de trabajo de redactor no dice que haya que montar, sin embargo, es la función específica de todo un colectivo: el de operadores de vídeo.
La empresa embadurna este cambio en las funciones con una panacea tecnológica que hará que los redactores sean más autónomos de los que ya son y no tengan que depender del operador de turno… Lo malo es, cuando el trabajo “sale” precisamente, por esta dependencia. Simplemente, recordar al colectivo de redacción que hoy por hoy no se os puede obligar a montar y que todo debería depender de una negociación con los representantes de los trabajadores.
Un insomne.
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