Hay veces que cosas que nos parecen nimias alcanzan a la larga gran importancia en nuestras vidas, como lo que me ha pasado en esta jodida empresa. Estoy en una bolsa de trabajo de la nuestra y me correspondía un contrato de trabajo, pues bien, la empresa me llamó (pobre de mi) justo en ese momento de rutina en el que una va comprar el pan y claro... no estaba en casa. Esto fue el principio de mi perdición, porque después de mucho esperar en recursos humanos me dijeron que me habían llamado y que ese contrato ya estaba adjudicado pero que no me preocupara que me volverían a llamar. Y efectivamente me llamaron pero esta vez me cago en tó también me cogieron despistada y esta vez en “la pelu “, que a una le gusta que la cojan bien arreglá y peiná y ahora estaba monisima pero sin contrato. Así que fui y me compre un móvil pues ni por esas. Y digo yo es que el resto de los compañeros contratados aquí, nunca salen a comprar el pan, ni van a la pelu o salen de paseo. Pues eso que ese imperdonable error hace que hoy cuando ya han pasado tres años de aquello esté tó el día pegada al teléfono por si se dignan a llamarme, aunque esta vez no sé cual es la excusa, a lo peor es que no me quieren o que no tengo el carné adecuado o no soy “amiga” de alguien. Lo que si es cierto es que desde entonces padezco una pequeña agorafobia y no me atrevo a salir de casa.
Agorafóbica.
|